Detifoss, Krafla
El ambiente muy internacional en el albergue de Berunes y como estábamos como piojos en costura, hablamos con unos y con otros para intercambiar impresiones. Es pasmoso como en este país tan deshabitado, colocan un albergue en medio de la nada.
Vuelta al camino, nos dirigimos en dirección al lago Myvatn por una carretera sin asfaltar entre montañas (la 939), nieve y niebla. La cantidad de cascadas por doquier te satura los sentidos.
Nos desviamos por la carrete 864 para ver Dettifoss, son 30 km de camino de grava que en general está bien.
Dettifoss, en la foto, quita el hipo. La cantidad de agua que lleva, de 500 a 700 m3 por segundo, en un salto de 44 metros de altura, no es apto para cardíacos. La obra de Dios es inmensa en esta tierra.
Cerca del lago Myvatn se puede visitar el cráter de Viti, Hverir y la zona de Krafla, no hay que perderse esto, sobre todo los aficionados en vulcanismo. La tierra todavía humea, el agua hierve sobre la misma y el olor de azufre empapa el ambiente, todo esto bajo la mirada de volcanes y coladas de lava recientes, muy recientes.
Otra jornada muy completa donde los más pequeños acabaron hasta las narices de nosotros. Cogimos unas cabañas de madera en el lago, lo peor fue esto, los servicios y la cocina estaban muy lejos, no apto para prostáticos.