Siguiendo la carretera es difícil no pararse cada dos por tres para admirar el paisaje. El día se levantaba excepcionalmente bueno. Ya en el círculo polar ártico, el cielo aparecía completamente despejado y 22 grados de temperatura. La sinuosa carretera cruza fiordos e islas. La ya comentada transparencia de las aguas combinada con el cielo azul y el verde del paisaje produce una espectacular paleta de colores. Esta belleza se vuelve orgásmica con la vista del pueblo de Reine, declarada una de las mejores vistas del mundo y este, el pueblo más bonito de Noruega.
Estamos de acuerdo en lo primero pero lo segundo no tiene mucho sentido si eliminamos el entorno natural donde este se ubica. Cada curva de la carretera antecede a nuevos lugares sorprendentes donde hacen las paradas obligadas.
En un momento determinado, llegamos a la playa de Ramberg. Lugar casi irreal. Las aguas transparentes de color azul. Las afiladas montañas vestidas de verde que perfilan el contorno y la fina arena de color blanco parecen un híbrido de playa caribeña y un lago alpino.
Más adelante encontramos el fiordo de Flakstadpollen. Un precioso lugar entre montañas, de arenas blancas y aguas transparentes de color verde azuladas. Otra delicia para los sentidos.
Después del agradable viaje llegamos a nuestro destino, el Lofoten Turistsenter. Una especie de camping de cabañas y caravanas cerca del lago Steirapollen. El tiempo nos invitó por un paseo a orillas del lago. Este alojamiento no disponía de muchos servicios y parecía un lugar en decadencia.